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  • Foto del escritorLUIS ROCHA / Noticias

Testamento de mentiras / Por José Alberto González Aguilar

OPINIÓN /


Los vacíos de información siempre tienden a llenarse, y en ocasiones se llenan con mentiras o con rumores o bien pueden llenarse con aseveraciones y hechos palpables, es decir con la verdad. Por cierto, en el sensible tema de su salud, se le desea lo mejor al Presidente de la República, pero en días pasados, vimos el montaje de novela en donde se vivieron momentos de incertidumbre generados en gran parte por la falta de información y el mal manejo de datos sensibles, que guste o no, son de vital importancia para la vida institucional de nuestro país.


Si fue una revisión de rutina, un procedimiento de emergencia o un tratamiento planificado, los antecedentes del jefe del Ejecutivo, abren la puerta a la especulación y más cuando no existe claridad en la información, que debe brindarse en un tema público del personaje más público de este país, y no hay que asombrarse o preocuparse, ya que ante faltas eventuales o temporales, el país queda a lo que dispone la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.


¿Pero qué hacer cuando es el mismo Presidente, el que hace propaganda con un tema tan sensible, y lo peor es que pone a su persona como a él le gusta estar, por encima de todo y de todos, incluida nuestra Carta Magna? Nada mal vendría en Palacio una lectura a algunos preceptos constitucionales; comience con el 49 o ya tratándose de su falta definitiva está el 84, así que no se apresuren hay legislación, país y Constitución para responder a ocurrencias o testamentos sin sustento político ni jurídico.


Y así como hoy se nos manejan y ocultan verdades que tienen amargo sabor a mentiras (como la sobre estimación de la pandemia, los yerros en los trazos del tren maya y ni que decir de los aumentos de muchos productos de la canasta básica que a diario consumimos). Para cerrar con broche de oro, mención especial merecen las dos versiones de la sonrisa nerviosa y las mentiras oficiales dichas por nuestra Secretaria de Energía, Rocio Nahle.


Esto con motivo de la visita de su homóloga norteamericana, Jennifer Granholm, quien por cierto lució afable en todo momento, pero firme y lapidaria en el mensaje final, donde dejó clara la posición del gobierno de los Estados Unidos, ante el potencial impacto negativo de las reformas propuestas por el gobierno de México; aseveración que caló hondo y de la que quedó constancia en sendos comunicados de la Embajada Norteamericana.


Para terminar este rosario de lamentos que se inscriben en el testamento de mentiras, es necesario destacar que hoy estamos cimbrados por dos temas que serían un escándalo en cualquier otra latitud, pero en México parece que no pasa nada: un bebé aparece muerto en el basurero de un penal del estado de Puebla, y el gobernador Barbosa culpa y denosta a quienes sacan a la luz este escándalo.


Tantita empatía no le vendría mal a este gobernador. Otro asunto: el asesinato de una periodista más; pero en está ocasión, la víctima Lourdes Maldonado pidió auxilio y protección al mismo Presidente de la República, hoy por desgracia es una cifra dolorosa en este mar de indolencia en el que navega nuestro país. Solidaridad en ambos casos.


El punto fino es: Ejercer el poder demanda responsabilidad, y asumir las consecuencias, no hay que culpar al mensajero, es tiempo de dejar de lado pretextos y culpar al pasado, un pasado que ya forma parte de su presente.


*El articulista es profesor de Derecho de la FES Acatlán. @tobetogonzalez


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