EDITORIAL /
La tarde del viernes 4 de febrero, la Autopista del Sol se convirtió en un campo de batalla, todo originado por vándalos que se identificaron como “normalistas” de Ayotzinapa.
Los provocadores, pretendían tomar la caseta de Palo Blanco, y llegó un punto de enorme peligro y tensión, cuando los rijosos tomaron un tráiler buscando arrollar a los policías.
Esto es simple y sencillamente inaceptable, y en un país donde se vive un supuesto “Estado de Derecho”, todo esto debe terminar inmediatamente.
Sin embargo, todo México (en especial los habitantes de Guerrero), se preguntan ¿hasta cuándo #AndrésManuelLópezObrador permitirá que los terroristas se pasen la ley por el arco del triunfo?
México es una nación donde hay un presidente, hay autoridades, hay leyes, hay normas y hay principios que rigen la paz social.
Pero al parecer, México no tiene en estos momentos, ni presidente ni leyes ni normas, ni nadie que pueda enfrentar a gentuza como la de Ayotzinapa.
Eso de los estudiantes desaparecidos, fue algo atroz que estremeció a toda la sociedad; pero no se vale que se escuden en esa tragedia, queriendo cometer una tragedia mayor.
No vaya ser que la gente harta de estos movimientos, tome la justicia por sus manos.
AMLO tiene la mano muy blandita, y la lengua muy suelta.