RELIGIÓN /
El Papa Francisco, provocó enorme polémica, al declarar que “ser homosexual es un pecado, no un delito”, lo cual fortalece la contradicción de la Iglesia en estos temas.
¿Pero en qué se basa el Papa Francisco, para hacer este tipo de revelaciones?
Al parecer, el Papa desvía con esta declaración, todos los asuntos monstruosos en los que se ha visto inmiscuido la Iglesia Católica, en las últimas décadas.
La Biblia, es muy enfática al señalar que la homosexualidad es un pecado, y que incluso se debe matar a quienes lleven a cabo estas prácticas. Levítico 20:13
Pero hay que especificar, que La Biblia es el libro sagrado para el pueblo de Israel; y que la misma Iglesia Católica, hizo que sus leyes se volvieran mandamientos universales.
“No tendrás dioses ajenos; no matarás; no robarás; no desearás a la mujer de tu prójimo”, son frases inscritas en las tablas de la ley, que el mismo Dios le dio a Moisés, después de liberar a los israelitas de la esclavitud de Egipto.
Sin embargo, mucho antes que ocurriera el éxodo israelita, por el desierto; hubo un momento clave donde Dios mostró su repudio hacia los homosexuales.
La Biblia cita la famosa historia de Sodoma y Gomorra, localidades que practicaban la homosexualidad y la pedofilia, a gran escala. Génesis 19
La historia nos dice que solo Lot, era el único hombre justo de Sodoma y Gomorra, por lo cual Dios envío fuego del cielo para aniquilar a esa población.
En este siglo XXI, las acciones de Dios, se verían como un atentado a los grupos minoritarios, y a la libre elección de la sexualidad.
¿Entonces por qué el Papa Francisco, no dice las cosas tal como son?
Esto podría tener una justificación: el Papa Francisco, debe quedar bien con todos los sectores, incluyendo homosexuales, lesbianas y transexuales.
La Iglesia Católica, no tiene la más mínima autoridad moral, para señalar a las mujeres y hombres, mucho menos acusarlos; toda vez que la misma Iglesia, ha cometido actos de perversión, abusos y violaciones sexuales, incluso en contra de niñas y niños.
Dice el Papa Francisco, que “ser homosexual es pecado, pero no delito”.
Menos mal, porque lo que hace la Iglesia, es pecado y delito al mismo tiempo.