Por @luis_journalist
La ingobernabilidad en Cuautitlán Izcalli, está a todo lo que da: invasión de predios y terrenos; ocupación a la fuerza de espacios recreativos por gente de poder; reclamos ciudadanos por la falta de seguridad, ausencia de servicios públicos, escasez de agua potable; incapacidad de las autoridades; y por si fuera poco, un alcalde que no sabe ni expresar ideas.
Lo más curioso, es que tanto Ricardo Núñez Ayala (presidente municipal), como su esposa Micaela Alvarado Jiménez, ofrecen un lenguaje corporal digno de la vecindad del Chavo del 8; pero de ingenuos y tontos no tienen ni un centímetro, y prefieren navegar con bandera de idiotas, que reflejar su ambición desmedida e incontrolable.
Hace algunos días, el periodista Omar Tapia –uno de los más influyentes del municipio-, reportó un tema por demás grave, el cual podría derrumbar por completo la supuesta honestidad de Núñez Ayala y de Alvarado Jiménez. Antes habría que puntualizar, que por semanas nadie ha visto a la también presidenta del Sistema Municipal DIF.
Omar Tapia indicó en su leída columna periodística, que algunos personajes cercanos al Ayuntamiento de Cuautitlán Izcalli, le confiaron que “alguien” ya se había comprado dos departamentos en la paradisiaca zona de Cancún, y que probablemente en su momento habría posibilidad de comprobar los dichos.
Lo raro de todo esto, es que Micaela Alvarado –en su supuesto y nunca comprobado contagio de #COVID19-, se fue a refugiar precisamente a la Riviera Maya. Esto no sabemos si sea una mera coincidencia del destino, porque la presencia de la presidenta del DIF en Cancún, y la adquisición de supuestos inmuebles en ese territorio de lujo, pues hacen pensar mal a todo mundo.
Desde luego que se dará seguimiento a esta situación, revisaremos todo lo relacionado a adquisiciones en ese importante lugar; descubriremos paso a paso dónde estuvo la esposa de Ricardo Núñez Ayala, y platicaremos con la gente que la vio. Porque una cosa es que se pasen de listos, y otra muy diferente que usen el dinero del pueblo para sus lujos.
Así las cosas con las autoridades izcallenses.
Ojalá su vida de lujo, los saque del verdadero problemón que se les viene.