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  • Foto del escritorLUIS ROCHA / Noticias

¿Qué pasa cuando morimos? ¿Qué tanto se colapsa nuestro cuerpo?


Los seres humanos, podremos no tenerle miedo a los fantasmas, las apariciones, los duendes, los ovnis, los extraterrestres, a las películas de terror, las pesadillas; pero hay algo que nos une a todos, el miedo a la muerte y a lo desconocido.


Pero entre el eterno debate si el alma se va al cielo o al infierno, existe todo un mecanismo que nuestro cuerpo siente, al momento en que es declarado muerto. Según un reportaje de la BBC, los médicos tienen que tomarse dos minutos para saber si la persona falleció.


Un minuto para escuchar si su corazón late; otro minuto para tomar el pulso. También tienen que asegurarse de que la persona no esté respirando, y revisar que las pupilas no respondan al estímulo de la luz, esto a través de una linterna.


Al dejar de latir el corazón, la sangre deja de circular, se espesa y se coagula. Al dejar de circular, comienza a acomodarse por el peso de la gravedad en un proceso conocido como livor mortis o lividez post mórtem. El cuerpo comienza a perder temperatura y los músculos se endurecen, lo cual es conocido como rigor mortis.


Al dejar de respirar, las células ya no se nutren de oxígeno. Sin oxígeno, la mitocondria dentro de las células no puede producir adenosín trifosfato, conocido por sus siglas en inglés como ATP, una sustancia química que cumple una serie de funciones celulares.


Las células muertas comienzan a romperse y a liberar toda clase de sustancias (incluidas enzimas), que crean un ambiente ideal para las bacterias y los hongos, que se incorporan a esta mezcla y comienzan a descomponer el cuerpo.


Durante el proceso de descomposición, las bacterias despiden una gran variedad de derivados químicos. Dos en particular, la putrescina y la cadaverina, ambas de un olor muy desagradable. También se producen compuestos que contienen azufre, que junto con numerosos gases, comienzan a hinchar el cuerpo temporalmente.


Como se podrá observar, nuestro cuerpo es un cúmulo de situaciones fantásticas, las cuales por desgracia, solo conocemos cuando se explica a detalle qué es lo que pasa cuando morimos. El proceso para que la familia y seres queridos, comprendan que ya nos fuimos, es sumamente doloroso, y tal vez jamás entendamos por qué un día estamos y el otro día ya no.


Cuando morimos, el cuerpo se tiene que descomponer y desaparecer.


Pero lo más importante será lo que dejamos en vida: los recuerdos, el legado, la energía que pudimos transmitir cuando respirábamos. Eso jamás se podrá descomponer, al contrario, se siembra una semilla para que siempre estemos en la mente y en el corazón de muchas personas.










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