*Editorial
El candidato a diputado local por Huixquilucan, Guillermo Zamacona Urquiza, está en un momento muy crítico de su carrera política, y no precisamente por los malos resultados que ha entregado como aspirante al Congreso mexiquense, sino más bien por la poca transparencia que maneja en su discurso, el cual cada vez es más caduco y contradictorio.
En su mismo círculo se preguntan qué hará Zamacona Urquiza, ante el desastre electoral que se le viene, pues en un caso catastrófico, no tendría ni cabida en la próxima Legislatura. Su equipo ya no sabe cómo desviar la atención ante los cuestionamientos sobre la riqueza económica de su candidato a diputado local.
¿Cómo hizo Guillermo Zamacona para ser un nuevo millonario? ¿La función pública en la que se ha desempeñado, le ha alcanzado para comprar un departamento de lujo en Bosque Real? ¿Ha ahorrado tanto como para tener autos últimos modelo? ¿En verdad se puede vivir como todo un poderoso con los cargos que ha tenido?
¿Tiene propiedades al interior de la República? ¿Las reportó ante las autoridades?
Se comenta que incluso el mismo Luis Videgaray Caso, cuando fue titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, pidió investigar los movimientos de Zamacona Urquiza. No se sabe por qué se detuvo la investigación, pero el hecho de que uno de los hombres más poderosos del sexenio peñista, haya puesto la mirada en el ahora candidato, dice mucho.
Ojalá Guillermo Zamacona Urquiza, pueda explicar su riqueza económica a los habitantes de Huixquilucan. El candidato se muestra con la bandera de la transparencia y honestidad, pero eso lo tiene que demostrar con hechos no con palabras. La misma gente dice que el PRI se equivocó con Zamacona. Dicen que la voz del pueblo es la voz de Dios.