*Editorial
Después de las elecciones del 6 de junio, el presidente #AndrésManuelLópezObrador, se dio cuenta que no contaría con la mayoría absoluta en el Congreso federal.
Esto resultaría fatal para él, considerando su deseo de reelegirse y de llevar a cabo iniciativas dignas de un dictador, algo parecido a lo que hace Nicolás Maduro en Venezuela.
Sin embargo, López Obrador, lanzó un dardo más que envenenado, y en una de sus conferencias mañaneras, insinuó que negociaría con el PRI para contar con la mayoría en el Congreso.
Los principales líderes priistas, salieron a darse golpes de pecho y a gritar a los cuatro vientos que jamás negociarían ni con MORENA mucho menos con Andrés Manuel.
Sin duda sería una muestra de enorme coherencia política.
Pero el mensaje de López Obrador, no precisamente pudo tener como destinataria a la cúpula del Revolucionario Institucional, sino más bien a uno de los amigos y aliados del presidente.
Estamos hablando del gobernador del Estado de México, el priista #AlfredoDelMazoMaza, quien siempre ha estado a las órdenes de lo que dice el famoso “Peje”.
Entonces habría que analizar muy bien el mensaje de AMLO, respecto a que quiere negociar con el PRI. El presidente a veces mide muy bien sus discursos, y esta vez no sería la excepción.
¿Alfredo del Mazo influirá en el PRI para que se negocie con MORENA en la Cámara de Diputados? ¿El mexiquense traicionará a su electorado con tal de seguir en armonía con Andrés Manuel? ¿Sería un paso vital para el gobernador, rumbo a la carrera presidencial?
Las aguas están más agitadas que nunca.
En el barco están el PRI y MORENA, alguno tiene que caer.