*Religión
La muerte de Juan Pablo II, ocasionó que el mundo entero se colapsara: presidentes, reyes, reinas príncipes, princesas, líderes mundiales y los más ricos del mundo, acudieron al Vaticano para darle el último adiós al Vicario de Cristo más alabado de la historia.
Desde el instante en que el corazón de Karol Wojtyla dejó de latir, muchos se apresuraron a hacer pronósticos, en cuanto a su canonización, la cual se dio en 2014. Pero por muy contradictorio que se lea, ahora la santidad es duramente cuestionada.
Philip Pullella escribió un interesante texto para la agencia de noticias inglesa, Reuters, donde específica aspectos totalmente desconocidos para los fieles católicos. “El legado del propio papa polaco está bajo la sombra y algunos católicos preguntan si declararlo santo en 2014, en un récord a nueve años de su muerte, pudo haber sido una decisión apresurada.
“El Vaticano emitió su informe sobre el excardenal Theodore McCarrick, una figura de la Iglesia estadounidense que fue expulsado del sacerdocio el año pasado, después de que una investigación interna lo declarara culpable de abusos sexuales a menores y adultos, y de abuso de poder.
“El documento mostró que Juan Pablo II había ascendido a McCarrick en 2000 a arzobispo de Washington DC, a pesar de los persistentes rumores de conducta sexual inapropiada, creyendo su rechazo personal a las acusaciones y anulando a varios altos funcionarios de la Iglesia que le habían desaconsejado”, destaca el artículo.
Pullella puntualiza sobre el descontento de un enorme sector contra Juan Pablo II. De hecho, en Varsovia, alguien colocó una pegatina en un letrero que decía “Avenida Juan Pablo II”, para que dijera “Avenida Víctimas de Juan Pablo II”. En Estados Unidos, el influyente periódico National Catholic Reporter, instó a los obispos a “suprimir el culto” al difunto papa.
Esto significa apenas el comienzo de una guerra sin cuartel entre el Vaticano y las miles de víctimas de abuso sexual por parte de obispos y sacerdotes en todo el mundo. Lo más aberrante es que el mismo Juan Pablo II, habría escondido los casos de violación, solo para satisfacer con nombramientos a sus más cercanos colaboradores.
Ahora muchos rechazan la canonización de Juan Pablo II.
Unos dicen que está en el cielo.
Más le vale, porque si está en el infierno, se ha de estar retorciendo por todos sus pecados.