*Editorial
Los últimos días de vida de la pequeña Michelle, fueron de enorme tormento, sufrimiento y angustia. El caso que ha conmocionado a Nayarit y a todo México, es tan solo una pequeña muestra del aumento de feminicidios en todo el país.
Michelle de tan solo 3 años de edad, quedó al “cuidado” de su padrastro y abuelo, mientras la mamá salía a trabajar para mantener a toda la familia. El festín de maltrato y abuso sexual no tuvo límites, hasta que pasó lo que tenía que pasar.
La niña dejó de respirar, y el padrastro la llevó a la Cruz Roja local, donde el personal médico no encontró signo vitales…lo que sí se descubrió fue el maltrato físico y las violaciones sexuales de la que era presa la infante, por lo que fue detenido el padrastro.
Este acto de salvajismo, enciende de nueva cuenta la hoguera de la indignación social. No es posible que en un país “civilizado”, sigan asesinando y abusando sexualmente de las mujeres sin importar la edad y condición socioeconómica.
El presidente López Obrador, prometió terminar con la inseguridad, pero ha fallado trágicamente. También las autoridades judiciales, han fallado. Nosotros como sociedad, hemos fallado. Las familias, han fallado. Dios ha fallado.
Seguramente en estos momentos, una mujer, una joven, una niña, está siendo ultrajada.
Los discursos salen sobrando, hay que hacer justicia por propia mano.
Descansa en paz, Michelle…esta porquería de mundo, no te merece.
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