EDITORIAL /

Esta semana, lluvias y tormentas eléctricas, sacudieron al municipio de Naucalpan, Estado de México. La fuerza de la naturaleza, fue inédita en la localidad.
Pero hay un lugar en especial, donde existe mucha preocupación por las lluvias: la FES Acatlán, donde la comunidad vive con miedo, ante la caída de árboles.
Esta misma semana, se suspendieron actividades, por la intensidad de las tormentas. En las instalaciones de la FES Acatlán, varios árboles se vinieron abajo.
Lo malo de todo esto, es que las autoridades de la FES Acatlán, no tienen un plan efectivo de protección civil, donde puedan actuar con prontitud, ante una eventual emergencia.
De entrada, deberían suspender las actividades presenciales, hasta que pase la emergencia por las lluvias o al menos inspeccionar las condiciones en que se encuentran los miles de árboles, que existen en dicha comunidad universitaria.
Ojalá nunca llegue a pasar una desgracia, pero las autoridades de la FES Acatlán, tienen que prevenir. La emergencia está más viva que nunca.
En la FES Acatlán, tienen que ser responsables, no exponer a la comunidad, y hacer un estudio exhaustivo sobre los riesgos que representan los árboles, en esta época de lluvias.
Muy extraño que pasen este tipo de descuidos, en la FES Acatlán. La entidad más importante del Estado de México, no puede permitirse esas fallas.
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