Por @luis_journalist
Dicen que el enemigo está en casa, y este viejo refrán podría aplicarse en la persona del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, quien sigue enfurecido después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dictaminara que su periodo duraría solo dos años y no cinco como él lo había previsto, (y como se lo había hecho creer el presidente #AndrésManuelLópezObrador).
Después de este descalabro político, Bonilla rompió relaciones con López Obrador y con toda la Cuarta Transformación. Sin embargo, nadie pensaba que la venganza del mandatario estatal, vendría acompañada del enemigo número uno de Andrés Manuel: Carlos Salinas de Gortari.
El periodista Raúl Rodríguez Cortés, ocasionó enorme conmoción al publicar en su columna de El Universal, que Emiliano Salinas Occeli -hijo del innombrable-, estaría a la cabeza de un negocio multimillonario en el estado de Baja California, donde manda Jaime Bonilla.
Rodríguez Cortés, destaca en su texto que el vástago de Salinas de Gortari, estaría emprendiendo el proyecto de la planta solar fotovoltaica que suministraría energía eléctrica al Acueducto Río Colorado-Tijuana, cuyo contrato será de 30 años.
El plan se realizaría a través del consorcio Orden Cardinal (Orca Energy), presidido por Federico Gabriel Valenzuela Peña, amigo íntimo de Emiliano Salinas Occeli. El objetivo sería llevar la energía necesaria para abastecer de agua a la zona costera de Baja California.
Palabras más palabras menos, esto sería tomado como una venganza personal de Bonilla contra López Obrador. Lo interesante del asunto, es que ahora el presidente no tiene cara para pedirle al gobernador que cancele cualquier relación con Salinas, puesto que AMLO fue el primero que traicionó a su ex amigo.
Así las cosas en la Cuarta Transformación.
Las venganzas pueden derrumbar hasta la torre más fuerte.
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